El peso del alma: 21 gramos
¿El alma pesa?…
Es una pregunta que aún a día de hoy no se ha obtenido una explicación o razonamiento muy claro.
Está comprobado científicamente que el cuerpo antes de morir pesa una cantidad y después de la muerte ha perdido 21 gr.
¿Pero se sabe a que corresponden esos 21 gramos que perdemos después de exhalar nuestro último aliento?
Está comprobado científicamente que el cuerpo antes de morir pesa una cantidad y después de la muerte ha perdido 21 gr.
¿Pero se sabe a que corresponden esos 21 gramos que perdemos después de exhalar nuestro último aliento?
Según
las investigaciones del Doctor Douglas MacDougall y su “teoría del peso
del alma” que se remonta a 1927, toda persona pierde 21 gramos en el
último minuto de su muerte, lo que según él, equivaldría al alma o
espíritu que se ha desligado del cuerpo carnal de la persona. Su teoría
fue basada en experimentos con personas moribundas que fueron pesadas
minutos antes de morir y en todas habían perdido la misma cantidad, 21
grs.
El
Doctor Douglas utilizaba para tal proceso una cama especial muy
sensible a las variaciones de peso. Por cierto, dicho artefacto fue
construido por él mismo. Este doctor colocó en ella a seis enfermos
terminales, y sobre ella los iba observando y pesando durante los
últimos momentos de su vida (antes, durante y después). Y el resultado
obtenido fue el mismo en todos los casos, todos perdían 21 gramos justo
antes de morir.
Incluso
experimentó con perros pero no obtuvo el mismo resultado de los 21
gramos. Según la teoría de varios filósofos griegos, sólo los humanos
poseemos alma, por
la capacidad de soñar. Algo, por otra parte, también discutible.
Hay
otros científicos que aseguran que esos 21 gramos se deben a que la
persona, una vez que ha fallecido, ha exhalado todo el aire que tenia
dentro (otros dicen que es a causa de la relajación de los esfínteres).
Pero está totalmente descartada ésta teoría, ya que los gases no pesan
tanto.
Y
si esto fuese cierto, ¿A dónde irá nuestra alma? ¿Existirá realmente la
reencarnación?… Son tantas preguntas y tan pocas respuestas. Al final
siempre nos quedaremos con esa gran duda…
¿Tenemos alma?
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