Mitología y religión
La mitología aparece de manera prominente en la mayoría de las
religiones y, de igual modo, la mayoría de las mitologías están relacionadas con, al menos, una religión.
El término se suele usar más frecuentemente en este sentido para
referirse a las religiones fundadas por sociedades antiguas, como la
mitología griega, la
mitología romana y la
mitología escandinava. Sin embargo, es importante recordar que, mientras que algunas personas ven los panteones escandinavo y celta como meras
fábulas, otros las consideran religiones (véase
neopaganismo). Del mismo modo, ello también sucede al analizar las mitologías de los pueblos indígenas (ejemplo la
Mitología de América del Sur); en el que se pueden observar casos en que aún se profesan las religiones nativas.
Generalmente, muchas personas no consideran los relatos que rodean al origen y desarrollo de religiones como el
cristianismo,
judaísmo e
islam, como crónicas literales de hechos, sino como representaciones figurativas o simbólicas de sus sistemas de valores.
Aun así, igualmente, muchas personas entre ellos
ateos,
agnósticos,
o creyentes de algunas de estas mismas religiones, emplean las palabras
mito y mitología para caracterizar como falsas o a lo sumo dudosas, las
historias que aparecen en una o más religiones, o a las religiones
diferentes a la que es creyente. De este modo la gente que pertenece a
la mayoría de las religiones que están presentes actualmente, se ofende
cuando se toma a su
fe como un conjunto de mitos; ya que para ellos, esto, equivale a decir que su religión en sí es una
mentira, lo cual va en contra de sus
creencias. Ejemplo de ello sucede en muchos grupos cristianos en relación con los relatos de la
Biblia,
en el cual sus creyentes no consideran, generalmente, que sean
mitológicas algunas de sus historias, y que sólo se usa esta palabra
para referirse a ellas en un sentido peyorativo.
Sin embargo, la mayoría de la gente está de acuerdo con que cada
religión tiene un conjunto de mitos que se ha desarrollado alrededor de
sus escrituras religiosas; ya que en sí la palabra mito se refiere a
hechos que no son posibles de ser verificados de manera objetiva. De
este modo, igualmente se considera que se puede hablar de
mitología judía,
mitología cristiana o
mitología islámica,
para referirnos a los elementos míticos que existen en estas creencias;
sin hablar de la veracidad de los principios de la fe o de las
versiones de su historia; pues la creencia de su religión como algo
verdadero compete a la fe y creencias de cada persona, y no del estudio
de los mitos.
Ejemplo de ello, son los sacerdotes y
rabinos
de hoy en día dentro de los movimientos judíos y cristianos más
liberales, además de los neopaganos, que no tienen problemas en admitir
que sus textos religiosos contienen mitos. Así, ven sus textos sagrados
como verdades religiosas, reveladas por inspiración divina, pero
mostradas en el lenguaje del género humano. Aun así, como sucede en todo
ámbito, otros, al contrario, no están de acuerdo con ello.
Por lo tanto, para los propósitos de este artículo, se usa la palabra
mitología para referirnos a historias que, aunque pueden pertenecer o
no a la
realidad, revelan verdades y visiones fundamentales sobre la naturaleza humana, a menudo gracias al uso de
arquetipos.
Además, los relatos que analizamos expresan los puntos de vista y las
creencias de un país, una época, una cultura o una religión que las
originaron.
La mitología moderna no religiosa
Aunque normalmente mucha gente relaciona a la mitología con culturas antiguas o religiones; no siempre es así. Por ejemplo,
series de televisión,
libros e
historietas, y
juegos de rol
entre otros, que logran formar un universo ficticio propio; adquieren
componentes mitológicos muy importantes que incluso a veces pueden
llegar a dar lugar a profundos y complicados sistemas filosóficos. Un
ejemplo excelente de este tipo de mitología es la desarrollada por
J. R. R. Tolkien en sus libros
El Silmarillion y
El Señor de los Anillos, entre otros escritos, a la que él denominó
legendarium. Otros ejemplos que se pueden mencionar son los mundos ficticios creados por las novelas de
Dragonlance, la serie
Star Trek, las películas de
Star Wars, el manga
Saint Seiya, la serie
Lost o
Avatar: la leyenda de Aang.
Algunos críticos opinan que por el hecho de que los personajes
principales y los ciclos de historias de las narraciones modernas no
sean de
dominio público, las leyes sobre
derechos de autor
impiden a los autores independientes continuar ciclos de historias
modernas, evitando que dichas sagas de personajes compartan algunas de
las características esenciales de las mitologías; por lo menos, hasta
que se cumpla el plazo de derechos de autor y pasen a ser de dominio
público. A pesar de eso, los propietarios de los derechos de autor en
ocasiones continúan las historias con otros autores, como es el caso de
personajes como
Tarzán y las novelas de
Conan de
L. Sprague de Camp, o los
cómics de
superhéroes, la mayoría de los cuales han tenido docenas de autores.
Interpretaciones
Interpretación de los mitos en el siglo XIX
Durante el siglo XIX, las más importantes fueron:
- Historicismo:
los mitos considerados historias reales modificadas y alteradas por el
paso del tiempo. Mito como hecho histórico que con el paso del tiempo ha
dado lugar a historias urbanas. Así, Schliemann, descubrió Troya, porque pensaba que los poemas homéricos eran verídicos, así como las ciudades que se nombraban. Por otra parte, autores como Gilbert Pilot estableció la ruta real que se narraba en la Odisea, desde Troya hasta Ítaca.
- Alegorismo: el mito como forma de expresar conceptos y realidades de forma poética. Esta teoría fue heredada por el renacimiento. La que tuvo más relevancia fue la alegoría natural; ésta hace referencia a la lucha entre los dioses de los fenómenos de la naturaleza.
- Mitología comparada: desarrollada por Max Müller, profesor de la Universidad de Oxford que en 1856 publicó la obra “Comparative Mythology”. En el s. XIX se dan grandes logros en el área de la gramática comparada, se desarrolla el estudio de las lenguas antiguas (sánscrito, latín y griego) y se llega a la conclusión de que todas parten de un mismo idioma, el indoeuropeo.[cita requerida]
Se cree que la mitología podía explicarse a través de las ciencias del
lenguaje, pues los dioses indoeuropeos también guardaban cierta
relación. Las divinidades de los pueblos europeos
eran divinidades celestes, y la etimología aclara el sentido primitivo
de su origen, pues éstas surgen de dar nombre a los fenómenos
atmosféricos, se les atribuye una personificación, humanizándolas
primero para, posteriormente, narrar leyendas a partir de ellas, y se termina por divinizarlas.
- Evolucionismo: que asume la evolución cultural de la mitología como eje del proceso histórico, social y filosófico. Lo más primitivo sería el animismo, de ahí se evoluciona al politeísmo (el escalón en el que se encuentra la mitología griega)
para llegar por último al monoteísmo. A principios del siglo XX aparece
una importante obra antropológica, “The Golden Bough”, “La rama dorada” de James George Frazer,
en ésta también tiene cabida la mitología, y la evolución seguida sería
magia, religión y ciencia. Con magia se referiría a la intención de
controlar los hechos de la naturaleza mediante ciertos ritos y
procedimientos: éste sería el punto en el que se encontraría la
mitología griega.
Interpretación de los mitos en el siglo XX
En el siglo XX las tendencias para explicar la mitología son:
- Simbolismo:
el mito es, ante todo, una forma de expresar, comprender y sentir el
mundo y la vida, diferente de cómo lo haría la lógica. El mito tiene un
lenguaje más emotivo y lleno de imágenes y símbolos que expresa algo que
no puede traducirse al lenguaje corriente. Las imágenes del pensamiento
mítico no se dirigen al entendimiento, sino a la fantasía y a la
sensibilidad, por eso tienen una fuerza expresiva intraducible. Se
hicieron también interpretaciones desde el campo de la psicología: Freud
y Jung estiman que las imágenes oníricas son una expresión del
subconsciente.
- Funcionalismo:
la corriente que valora la función social que la mitología desempeña en
la vida cotidiana. El sentido del mito es fundamental para expresar los
usos tradicionales y las normas de convivencia, prestándoles una
justificación narrativa avalada por la tradición y aceptada por todos.
- Nueva Mitología Comparada:
también parte de la comparación de los pueblos indoeuropeos, pero no
desde el punto de vista de las lenguas, sino de su estructura social.
Observa que en estos textos pervive una estructura ideológica constante.
Hay una concepción general de la sociedad en tres grupos, cada uno con
una función propia. Un grupo es el constituido por el sacerdote-líder,
con soberanía mágica y jurídica, otro grupo es el guerrero, que tiene la
fuerza física, y por último el trabajador al que pertenece la
fecundidad y la laboriosidad. Los mitos de los pueblos indoeuropeos
reflejan esta estructura jerárquica; es una teoría que todavía tiene
muchos seguidores, aunque surgió en 1920, con Dumezil.
- Estructuralismo:
estimando que bajo una aparente narración, el mito revela significados
en su estructura profunda que se repiten en muchas ocasiones. El
análisis destaca tres aspectos: el reconocimiento de la utilidad de
datos históricos específicos; la investigación sistemática de los temas
míticos y su lugar en la cultura, el pensamiento y la ideología; y la
confrontación entre mito y ritual.
- Tendencia ecléctica: la tendencia actual, en resumen, expone
que lo característico del mito es su ejemplificación, el pertenecer al
mundo de los recuerdos, el ser algo que se cuenta y se acepta
colectivamente y está en las tradiciones del pueblo. La distancia frente
al logos es la marca de estos relatos.
Mitología indígena
La mitología, además de ser una forma de lenguaje, es una forma de
vida que han creado ciertos grupos sociales. Por esta razón, se estima
que la sociología moderna, en casi su totalidad, no se ocupa de eventos
que tengan que ver con sucesos de apariencia "no comprobable" en
relación con las creencias y vivencias de comunidades
indígenas.
Hay que tener en cuenta que estas sociedades, en medio de su "no
intelectualidad", manejan unas formas de ver el mundo, en las que las
sociedades denominadas "civilizadas o intelectuales", no tienen la
capacidad de observarlos. Se pueden apreciar en experiencias, tal vez
inexplicables ante los ojos de la ciencia, pero explicables ante la
experiencia. Cabe indicar que no todo lo comprobable existe realmente.
Arquetipos mitológicos
Mitologías y calendarios
En el actual
calendario, denominado
gregoriano,
los meses y los días de la semana tienen algunos nombres derivados de
seres y dioses mitológicos. Este hecho es evidente en idiomas como el
español, aunque no significa que provengan de la mitología propia; así,
en castellano, el día viernes proviene de
Venus, diosa de la
mitología romana (en idioma inglés el nombre del mismo día, "Friday", procede de la
diosa germana
Freyja); en ambos casos estaría dedicado a seres con ciertas similitudes, a las
diosas de la belleza.
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