jueves, 6 de diciembre de 2012

Poderes y Debilidades de los Vampiros





`

EL DAÑO OCASIONADO POR LA LUZ
En Drácula, el conde protagonista es capaz de vivir de día, bajo la luz del sol, aunque no pueda usar sus poderes. De todas maneras, conserva algunas fuerzas y la habilidad de escaparse de sus numerosos perseguidores. 
El folklore tradicional del vampiro no desarrolla la idea de que la luz solar sea fatal para estos seres, aunque sí los describe como habitantes nocturnos. Fue a partir de la película Nosferatu que la luz del día comenzó a ser representada como un arma mortal para los vampiros.
Un sistema bien conocido de “energías especiales” y de debilidades se asocia comúnmente a los vampiros de la ficción contemporánea. Hay una tendencia, sin embargo, a que los autores elijan y transformen sus poderes por aquellos que encuentran más realistas, deseables o atractivos.
 

 


ALIMENTACIÓN Y CAPACIDADES DE LOS VAMPIROS
Los vampiros, como están muertos, no necesitan el sustento indispensable para los seres humanos (sean alimentos, agua u oxígeno). Son retratados como incapaces de comer alimentos humanos, y en varias escenas célebres se ven forzados a cenar y a masticar comidas que les desagradan sólo para engañar a sus víctimas mortales.
Tienen a menudo un aspecto pálido –su piel translúcida o rubicunda deriva de la imagen transmitida por el folclore eslavo– y conservan la lozanía de su rostro.
Los vampiros ficticios saben desplazarse con gran agilidad y transformarse en animales veloces como murciélagos, roedores o lobos.
Otros poderes son: la capacidad de camuflar y transformar su aspecto cuando están rodeados de niebla, además de volar y dominar el arte de la levitación. 
Los vampiros carecen de sombra y no pueden salir fotografiados. Este concepto se desarrolló a partir de la célebre novela de Bram Stoker, de la cual derivó la idea de que “los espejos retratan el alma”. Como sabemos, la mayoría de los vampiros carece de ella.
Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa a menos que lo inviten. Generalmente, estos seres necesitan ser bienvenidos por los anfitriones; luego pueden entrar y salir a su arbitrio.
Hay narraciones de corte popular que desarrollan la idea de que los vampiros deben regresar a un ataúd o a su “suelo nativo” antes del amanecer, para protegerse de la luz y regenerar sus poderes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario