jueves, 6 de diciembre de 2012

El Vampiro Arnold Paole Parte II




UNA NUEVA EPIDEMIA
Los campesinos conjeturaron serbios que la nueva epidemia se debía nuevamente a Arnold Paole porque la primera persona en morir, una mujer de sesenta años, había comido la carne de los ganados que había criado Paole durante cinco años.
Cuando las nuevas muertes fueron divulgadas, el comando supremo de Austria envió una comisión para investigar el caso. Ésta estaba constituida por un cirujano militar, el médico Johannes Flickinger, dos oficiales, el coronel de teniente Buttener y J.H. von Lindenfels, junto con dos otros cirujanos, Isaac Siegel y Johann militares Friedrich Baumgärtner.
Acompañados de los ancianos de la aldea y de algunos gitanos locales, abrieron los sepulcros de los difuntos y descubrieron que cinco de los cadáveres se habían descompuesto, pero los doce restantes estaban intactos y exhibían los rasgos habitualmente atribuidos a los vampiros.

SOSPECHOSAS EVIDENCIAS
Sus órganos supuraban sangre fresca, las vísceras estaban en buenas condiciones, los cadáveres seguían regordetes y su piel fresca conservaba colores vivos.
Los cirujanos resumieron todos estos fenómenos indicando que los cuerpos evidenciaban “condiciones vampirescas”.
Luego de verificar el estado de los cuerpos, los gitanos cortaron las cabezas de los supuestos vampiros, las quemaron e incineraron también el resto de órganos. Los cuerpos descompuestos fueron conservados en sus sepulcros originales.
El informe tiene fecha del 26 de enero 1732 en Belgrado y lleva la firma de los cinco oficiales implicados.
La explicación científica moderna de estos hechos apela a las características que adquieren los cadáveres en ciertas etapas de la descomposición. La sangre que no se coagula es un fenómeno habitual en las primeras fases, luego de la muerte.





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